En cierta ocasión salió el diablo a pasear con un amigo. De pronto vieron ante ellos a un hombre que estaba inclinado sobre el suelo tratando de recoger algo.
“¿Qué busca ese hombre?”, le preguntó al diablo su amigo.
“Un trozo de Verdad” respondió el diablo.
“¿Y eso no te inquieta?”, volvió a preguntar el amigo.
“Ni lo más mínimo”, respondió el diablo. “Le permitiré que haga de ello una creencia religiosa”.
Una creencia religiosa es como un poste indicador que señala el camino hacia la Verdad. Pero las personas que se obstinan en adherirse al indicador se ven impedidas de avanzar hacia la Verdad, porque tienen la falsa sensación de que ya la poseen.
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